Abel és un niño precioso que nació en el mes de noviembre de 2007...en febrero del año 2010 fue diagnosticado de TEA...entonces empezó la lucha de sus padres por hacer respetar sus derechos,porque una de las cosas que tiene Cataluña,és que los niños con TEA son discriminados en el sistema educativo y las familias pasamos por momentos muy duros a la hora de escolarizarlos adecuadamente,procurando se respete el derecho de nuestros hijos a una educación inclusiva con las mismas oportunidades que cualquier otro niño...
Esta és la historia de Abel,el principe de Eva y Sergi...
Abel, nacido en Noviembre del 2007 y diagnosticado de TEA en febrero del 2010
Empiezo a explicar nuestra historia desde principios del 2009. Abel acaba de cumplir un año y ya se atreve con sus primeros pasos sólo, aunque en la guardería se muestra diferente y prefiere pasar la mañana gateando por el suelo. Esto alerta a la psicopedagoga del centro y empezamos a trabajar con ellos para que Abel coja confianza en clase. Los últimos meses en P1 empezamos a notar diferencias en el comportamiento de Abel con respecto al de sus compañeros, pero al ser de los más pequeños de clase tampoco se le da mucha importancia.
El punto de inflexión está al iniciar P2 pues resultó bastante traumático para Abel al cambiar de aula y profesora. La evolución de Abel se estanca, no participa en las actividades de clase y apenas se relaciona con los compañeros. Al poco tiempo la psicopedagoga nos deriva al CDIAP. Tras la típica espera con la sanidad pública tenemos dos visitas con la psicóloga del CDIAP en Febrero del 2010, una hora cada visita. La psicóloga es la encargada del diagnostico y nos comunica que Abel aun es muy pequeño y es difícil diagnosticar a esas edades pero que visto el retraso en el habla y la falta de interacción con iguales en clase todo apunta a un Trastorno del Espectro Autista. Empezamos unas sesiones de 45 minutos semanales con una psicopedagoga en el CDIAP pero en clase nada cambia, Abel continua en P2 con los mismos medios que tenia hasta entonces y nadie nos habla de poner una vetlladora o una educadora especial para ayudar a Abel.
El diagnostico de Abel coincide con el proceso de preinscripción en P3 y entonces aparece nuestra responsable del EAP para hacernos pasar las que seguramente serán las semanas mas estresantes de nuestra vida. Habiamos decido apuntar a Abel a una escuela concertada muy cercana a nuestra casa pero el EAP no da su consentimiento. Según ellos no es la escuela adecuada y nos intimida recalcando las limitaciones de nuestro hijo y nos aconseja matricularlo en un colegio público ordinario a 30 minutos de casa, pues al tratarse de un colegio público podrá disponer de más recursos pero nunca concretó a que recursos se refería.
Esta primera reunión fue por sorpresa en la guardería de Abel por lo que sólo estaba presente la madre. Cuando me explicaba lo que había ocurrido, el tono utilizado y demás no podía creermelo. Al día siguiente tuvimos una reunión todos en las oficinas del EAP y comprobé que no estaba exagerando. Entendemos que Abel tendrá unas necesidades especiales en el colegio, pero el EAP en lugar de ofrecer soluciones para que los padres podamos escojer te vende la moto con tácticas de comercial sin escrúpulos para insinuar si somos buenos padres. Se creen tan expertos que nuestra opinión no tiene ningún valor para ellos, con verlo un ratito en clase ya saben los problemas que tendrá al año siguiente y dicen que da igual que sea nuestro hijo y lo veamos cada día pues estamos cegados por el amor que sentimos por él.
La situación estaba enrocada, a nosotros no nos gustaba el colegio que nos proponían y el EAP no quería a Abel donde habíamos escogido. Entonces se sacan de la manga una nueva razón para no apuntar a Abel a la escuela de nuestra elección, resulta que las 2 plazas para necesidades especiales ya estaban asignadas. Por que no lo dijeron antes nunca lo sabremos, pero ante la duda decidimos apostar por nuestra segunda opción y el EAP acepta a regañadientes.
Aun hubo un último intento del EAP para llevarnos la contraria. Hablaron con la psicopedagoga de la guardería para proponer que Abel repitiera P2 y querían conocer su opinión. Ella les comentó que no les parecía bien pues hay mas recursos en la escuela ordinaria que en la guardería y nos comentó a nosotros lo que el EAP había propuesto, pues se temía que no escucharían su opinión y nos lo dirían igualmente. No se equivocaba, a la siguiente reunión el EAP nos propuso la retención en P2 ignorando también la opinión de la psicopedagoga. Nosotros tampoco estábamos de acuerdo y Abel se matriculó en nuestra segunda opción. Meses mas tarde firmamos el dictamen y en ninguna de estas reuniones se habló de poner alguien de soporte para Abel.
En mayo del 2010 volvemos a vernos con la psicóloga del CDIAP y nos confirma el diagnostico de TEA. Entonces nos comenta que si necesitamos apoyo podemos quedar con otras familias, pero nadie nos habla de las ayudas por discapacidad o de la ley de dependencia ni tenemos ninguna cita con un asistente social. El CDIAP se limita a ofrecernos las sesiones semanales, el resto de visitas son con la neurologa o la psicologa para confirmar el diagnostico y descartar causas conocidas como problemas de oido, x-fragil, metabolismo, etc. A menudo nos quedamos con la sensación que las pruebas y análisis están más destinados a investigar sobre el autismo que a tratar eficazmente a Abel.
En septiembre del 2010 Abel empieza P3 y se adapta muy bien al nuevo colegio. Por suerte los profesores y profesionales del centro se vuelcan en darle una educación digna, le adaptan las actividades que no puede hacer y una hora por semana hace clase a parte con la psicopedagoga del colegio. También quiero mencionar a sus compañeros de clase ya que ellos lo aceptaron y ayudaron desde el primer momento y sin que nadie les explicase nada sabían que Abel era especial y necesitaba su apoyo.
Seguimos adelante encantados con el colegio y en Noviembre del 2010 tenemos una nueva reunión con el EAP en la escuela. Después de la tensión vivida en reuniones anteriores esta reunión fue tranquila, hablamos de lo bien que estaba Abel y poco más.
En febrero del 2011 vuelve a aparecer nuestra representante en el EAP para proponernos un cambio de escuela. Queda una plaza libre en un colegio público con USEE y nos lo vende como la solución perfecta para Abel. ¿Entonces, si es tan bueno por que no se propuso para P3? Nosotros estamos encantados con el colegio de Abel, así que nos negamos a cambiar de colegio. pero aprovechamos para solicitar una vetlladora y nos tratan de tontos. Según nuestro EAP estos recursos están reservados para niños violentos o con problemas de movilidad.
A estas alturas ya nos preocupa la poca atención que nos da el CDIAP. Sigue con sólo 45 minutos a la semana, con el agravante de que el con el horario que nos ha tocado Abel se pierde una mañana entera de clase para estar 45 minutos en el CDIAP. Lo comentamos con la psicóloga y psicopedagoga para cambiar de hora la cita semanal y/o buscar terapia aunque sea de pago pero no conseguimos nada, parece que no les guste la idea de que Abel reciba tratamiento si es fuera del CDIAP.
Son malos momentos para todos, Abel lleva mas de medio año en el colegio y aunque no causa problemas tampoco se observan mejoras y muestra muy poco interés por las actividades de clase. En las reuniones con la tutora la observamos superada por la situación. Ella es todo voluntad pero sabe que no puede dedicar a Abel todo el tiempo que el necesita.
Por suerte, en un par de meses todo cambia. Abel se muestra mucho más participativo y en la siguiente tutoría los ánimos habían cambiado. Entonces nosotros proponemos que Abel repita P3. El EAP lo propuso hacer en la guardería, pero creemos que ahora era el momento adecuado. Todos en el colegio están de acuerdo y ellos mismos se encargan de hablar con el EAP.
Acaba el curso y la tutora solo ha tenido dos reuniones con el CDIAP para ayudar sobre como llevar a Abel. Dos reuniones en un año en el que Abel ha ido cambiando mucho es peor que escaso.
El relato acaba en noviembre del 2011, a punto de cumplir 4 años. Ya hemos empezado P3 de nuevo y todo sigue igual, sin apoyos a pesar de sus necesidades. En el CDIAP seguimos con nuestros 45 minutos semanales y el EAP no ha hecho acto de presencia desde que renunciamos a cambiar de colegio. Todo sigue igual excepto Abel, que está encantado de volver a su clase y ya se ha aprendido los nombres de todos sus nuevos compañeros.
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